El negro, del latín “niger”, surge por la ausencia de luz y color, aunque casi todos lo colores al quitarles brillo, tono o saturación van acercándose al negro. Absorbe todas las longitudes de onda de la luz solar, por lo que no reflejan ninguna radiación visible. El negro en las diferentes culturas tiene varias percepciones; confiere nobleza y elegancia, sobre todo cuando es brillante, y es el color de la seducción, del misterio, del silencio, así como también de la noche, del cuervo, del mal, de lo clandestino o ilegal, y de la tristeza y melancolía, de la infelicidad y desventura, del enfado y la irritabilidad.
En nuestra cultura de occidente es también el color de la muerte y del luto, y se potencia en las misas de difuntos y el Viernes Santo. Es habitual que se le de connotaciones negativas, y las supersticiones están plagadas del él. Una de las principales razones por lo que se lo tilda como “malo” es por su relación con la noche, que a lo largo de la historia ha producido experiencias peligrosas para los hombres.
El vestido tradicional de las brujas es negro y el de un mago igual, pero lo que pocos saben es que legendariamente este color era signo del rango de antigüedad de las sacerdotisas o sacerdotes, y significa sabiduría, poder místico y espiritual. Y un gato negro conlleva la superstición de mala suerte, pero también puede ser símbolo de un animal de poder.
Sin embargo, el negro no siempre representa aspectos negativos, puede simbolizar cuestiones positivas: entre las tribus Masai el negro se asocia con las nubes de lluvia, que es vida y prosperidad. Es el color de la dinastía Abásida, por lo que se lo usa con frecuencia en los símbolos de naciones árabes como Irak y Siria. En la moda occidental, el negro está considerado como un estilo elegante, y en inglés la frase "the new black" (el nuevo negro) refiere a las "últimas tendencias". Puede ser el color del prestigio, así como la representación de seriedad y autoridad; lo visten los jueces, varias órdenes religiosas en sus hábitos, y los graduados universitarios.
La política no se encuentra ajena a los matices negros. Igual que muchos aspectos de la vida, fue salpicada con este color. Dos ideologías muy opuestas son identificadas con el negro: el anarquismo y el fascismo; en Alemania y Austria es utilizado por los partidos democristianos, y en Portugal por los de izquierda. En la antigua China, el negro era símbolo del norte y el agua, y algunos grupos islámicos lo apropian, aparte del verde, como color político.
Aunque muchas personas estén reacias al uso del negro, es un color que representa poder y glamour, siendo también el matiz más enigmático. Dejando de lado sus vínculos negativos, el negro en la política es sinónimo de autoridad, fortaleza y exaltación. Hay que permitir que salga lo mejor del “mix” de estos dos elementos, y como se utiliza en los museos o galerías, hay que colocar al negro de fondo para realizar contraste, y combinarlo con lo mejor de la política para que pueda reflejar todo su brillo.