José Jijón, cónsul ecuatoriano en la Argentina, envenenó con aguarrás al modelo Johnnie Walker el sábado por la tarde en un restaurante del centro porteño. Según testigos, el canciller tenía problemas personales con el exponente de una conocida marca de licores, conflicto que se generó por un hecho sucedido fuera de la casa del diplomático. Pericias policiales demostraron que Walker había ingerido la sustancia mezclada con café.
El modelo pasaba caminando por la vereda donde queda el edificio de Jijón, que aparentemente iba a jugar al tenis porque llevaba sus raquetas, y cuando pasó por delante de la puerta de entrada se llevó por delante al cónsul, éste cayó al piso y el joven no lo ayudó a levantarse. “Este hecho habría irritado al diplomático porque le gritó groserías y que era un mal educado”, recuerda Sule, una brasilera radicada en el país que trabaja como voluntaria en una iglesia evangélica próxima al edificio del canciller.
Enfadado por la situación, no estuvo tranquilo en todo el día y planeó su venganza. Vecinos cercanos al diplomático en el barrio de Belgrano contaron que esperó que Walker regrese por el mismo camino para seguirlo, y para no levantar sospechas se puso una peluca colorada y una remera de los Redondos de Ricota. Lo siguió hasta la entrada de subte de la Línea D en Congreso de Tucumán, y subió detrás de él. Finalmente bajaron en la estación Catedral e ingresaron a un restaurante, donde cada uno se sentó en una mesa diferente. El cónsul notó que el modelo pidió un café, y para distraerlo le pagó a un mozo cien pesos para que le tire leche en su remera, el mesero aceptó. Walker se exaltó pero no se enfadó por la leche derramada sobre su ropa, sólo fue al baño a limpiarse, y en ese momento Jijón colocó aguarrás en su taza y se marchó.
Alrededor de una hora pasó hasta que su novia lo encontró casi inconciente en su departamento en el barrio de Núñez. Lo internaron en el Hospital Fernández y le realizaron un lavaje de estómago, pero no fue suficiente ya que el aguarrás le había quemado el tubo digestivo y dañado la mucosa gástrica. Falleció 30 minutos después de haber ingresado al nosocomio. Fuentes policiales indicaron que José Jijón se entregó pasadas las 22 horas.
El modelo pasaba caminando por la vereda donde queda el edificio de Jijón, que aparentemente iba a jugar al tenis porque llevaba sus raquetas, y cuando pasó por delante de la puerta de entrada se llevó por delante al cónsul, éste cayó al piso y el joven no lo ayudó a levantarse. “Este hecho habría irritado al diplomático porque le gritó groserías y que era un mal educado”, recuerda Sule, una brasilera radicada en el país que trabaja como voluntaria en una iglesia evangélica próxima al edificio del canciller.
Enfadado por la situación, no estuvo tranquilo en todo el día y planeó su venganza. Vecinos cercanos al diplomático en el barrio de Belgrano contaron que esperó que Walker regrese por el mismo camino para seguirlo, y para no levantar sospechas se puso una peluca colorada y una remera de los Redondos de Ricota. Lo siguió hasta la entrada de subte de la Línea D en Congreso de Tucumán, y subió detrás de él. Finalmente bajaron en la estación Catedral e ingresaron a un restaurante, donde cada uno se sentó en una mesa diferente. El cónsul notó que el modelo pidió un café, y para distraerlo le pagó a un mozo cien pesos para que le tire leche en su remera, el mesero aceptó. Walker se exaltó pero no se enfadó por la leche derramada sobre su ropa, sólo fue al baño a limpiarse, y en ese momento Jijón colocó aguarrás en su taza y se marchó.
Alrededor de una hora pasó hasta que su novia lo encontró casi inconciente en su departamento en el barrio de Núñez. Lo internaron en el Hospital Fernández y le realizaron un lavaje de estómago, pero no fue suficiente ya que el aguarrás le había quemado el tubo digestivo y dañado la mucosa gástrica. Falleció 30 minutos después de haber ingresado al nosocomio. Fuentes policiales indicaron que José Jijón se entregó pasadas las 22 horas.
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